Excepciones al Absolutismo (Inglaterra)


A comienzos del siglo XVII asumió el reino inglés el rey Jacobo I, perteneciente a la familia de los Estuardo. 

Traía la concepción del absolutismo e impuso el anglicanismo, comenzando un enfrentamiento con el parlamento. 

Su hijo, Carlos I continuó con esta política, comenzando una guerra con el parlamento el año 1642, teniendo un eje religioso enfrentando los puritanos con los anglicanos. 

En 1649 el rey fue decapitado y el reino lo asumió el líder de la sublevación parlamentaria, Oliverio Cromwell quién fue dictador. Posterior a su muerte se re-estableció la monarquía, asumido por Carlos II y posteriormente por Jacobo II, quién se convirtió al catolicismo despertando resentimientos en su contra.

El 1688, una nueva revolución sin derramamiento de sangre, catalogada como “gloriosa”, derrocó al rey y el puesto fue ofrecido a su hija y su esposo Guillermo III de Orange.

En 1689 se juró la Declaración de Derechos, que limitaba las acciones del rey y las atribuciones del parlamento el que estaba formado por la Cámara de Lores y la Cámara de los Comunes, además se dictó la Ley de Tolerancia, reconociendo la Iglesia Anglicana como oficial, pero otorgando la libertad de culto.

Es así como Inglaterra deja atrás la monarquía absoluta y da paso a la monarquía parlamentaria.